20071126

Donde se discute la naturaleza malvada de don Armandís Oscuro


Pues bien, he aquí que revisando mis pendientes he hallado uno que tiene que ver con la mismísima naturaleza de este blog. Me refiero a la parte de "los extremos" y al Ariel-Calibán del URL.

Y sí, es una referencia literaria --no surprise there-- a Shakespeare (frunce el ceño, Neto). En La tempestad hay dos personajes, Ariel, una especie de genio que cumple los deseos de Próspero (y que Peeter Greenaway caracteriza como un niño en Los libros de Próspero, película basada en La tempestad) y Calibán, una especie de bestia, hijo de bruja, de quien se ha sugerido que su nombre es un acrónimo de caníbal.

Según
Jan Kott, y si mi memoria no me falla, Ariel representa el "lado bueno" del hombre, la conciencia que hace a Próspero desistir de su venganza, mientras que Calibán es el "lado malo" del hombre, es el lado instintivo y sin moral que se ocupa de las necesidades, es la venganza. Tal vez esté poniendo palabras de más en la boca de Jan Kott, es que hice un trabajo sobre ello y no recuerdo qué tanto es de Kott y qué tanto es interpretación mía, en fin, a ver si busco el ensayo y aclaro esto más tarde.

Ahora bien, esta relación de los dos polos humanos siempre me ha llamado la atención, lo mismo que el tema del doble (incluso haré mi tesis sobre ello), los döppelganger, los dobles malvados, los desdoblamientos a lo Borges. El tema del dobe siempre ha estado arraigado en el imaginario colectivo. Dios hizo al hombre a su semejanza; en el Poema de Gilgamesh, Enkidu es hecho a semajanza de Gilgamesh, posee todas sus cualidades y es el único que puede frenar sus excesos, a su muerte Gilgamesh cobra conciencia de la muerte propia; la mitología está llena de seres mitad dioses mitad humanos (todos los mesías y el propio Gilgamesh), o mitad animal mitad hombre; la mitología mexica está basada en dualidades; en fin, da para mucho, pero ése no es el tema de este post, sino un mero vehículo para hablar de don Armandís Oscuro.

Cuando empecé este blog, haca ya más de un año, la idea era compartir mis lecturas, pero además, evitar otros temas espinosos, como política y religión, en la medida de lo posible. Por eso este blog es "políticamente correcto". Ha sido difícil no hablar de política cuando hablo o pienso casi diario en política, y de religión ni decir. Lo mismo cuando quería compartir música o videos que me ugstan, o simples tonteras como tests y otras curiosidades. El ñoño terco en mí quería, exigía, que el blog permaneciera "puro" y que sólo se hablara de literatura. Con el tiempo cambié un poco e incluí algo de creación, finalmente también es literatura, buena o mala, ustedes han juzgado.

Un poco como en mi vida, en la que siempre he tratado de hacer lo correcto, este blog se ha abstenido de muchas cosas. Don Armandís Oscuro, quien no sé si es un clon o un gemelo malvado, me ha servido para hacer posts que el ñoño en mí no ha permitido. Su blog existe hace ya un rato y existe un link acá desde hace el mismo tiempo, sin embargo no lo había presentado apropiadamente. Una disculpa, don Armandís Oscuro, pero usted no ha hecho lo propio.

Por eso este blog es "un extremo de lo humano" y por eso mismo el blog de don Armandís Oscuro es "el otro extremo". Por eso el URL es Ariel-Calibán y el de él es Calibán-Ariel.

Por ejemplo no ha hecho el post correspondiente al premio al blog solidario que le di, nomás de cuatito. Sé que ha querido postear algo sobre su adhesión a una buena causa como el teletón, pero sigue pendiente. Sé que quiso escribir algo sobre la película Fraude: México 2006, pero nada.

Bueno, hoy, cosa rara, hizo un post bastante decente sobre Fernando del Paso que les recomiendo.
Éste es su blog, conózcanlo, y luego me dicen.


El mentado Armandís Oscuro

20071112

Celebremos a los libros, celebremos a sor Juana



El 12 de noviembre de 1651, o 1648, dependiendo de la fuente, nació sor Juana Inés de la Cruz, (Juana Inés Ramírez Santillana o Juana Inés de Asbaje) en Nepantla, Estado de México. Aprendió a leer a los 3 años, enseñada por su abuelo Pedro Ramírez.
Cuando supo que sólo los hombres tenían derecho y acceso a las universidades pidió que se le disfrazara de hombre. Aprendió náhuatl por iniciativa propia, a los 8 años escribió una loa para la fiesta de Corpus. Aprendió latín en 20 lecciones. Se cortaba e cabello porque decía que no era justo que "estuviese vestida de cabellos una cabeza que estaba tan desnuda de noticias".

Su hambre de conocimiento la llevó a leer todo cuanto "había que leer" en la época. A los 13 años fue invitada a servir como dama de la corte por los virreyes de Mancera, donde fue nombrada "niña prodigio de la corte". Una vez fue enfrentada a los cuarenta eruditos más destacados de la época (humanistas, filósofos, teólogos, matemáticos, historiadores y poetas), el marqués de Mancera atestiguó que no podía creer lo que vio, y que ella "se defendía como lo haría un galeón de esquifes" (o algo así).

Podría seguir lanzando datos así, indiscriminadamente y sin estricta cronología, poner una lista de sus obras o de los temas recurrentes en su obra. Podría hablar de sor Filotea de la Cruz (el obispo de Puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz), y de la carta a ésta o de la controversia con el padre Antonio Vieira, o de cómo sor Juana Inés se refería a su protectora como "divina Lisi", de cómo fue acusada de soberbia y obligada a deshacerse de sus pertencias (libros y libros), de cómo cuidaba a los enfermos de la epidemia y su posterior contagio y muerte.

Podría decir muchas cosas, hace nueve años, creo, di una conferencia sobre su vida en el centro de convenciones de Minatitlán, pero muchos de los datos y fechas se revuelven en mi memoria, cuando no han sido ya del todo borrados por el tiempo. Sin embargo no creo poder transmitir el gusto por leerla. Este blog siempre ha rendido homenaje a sor Juana, desde el principio: en sus últimos documentos, a su rúbrica añadía la leyenda "Yo, la peor de todas", la cual he usado para firmar cada entrada.

Para conmemorar a sor Juana, en México cada 12 de noviembre se celebra el día del libro.
Celebremos pues, a sor Juana. Feliz día del libro.

20071106

En que el autor declara su devoción por Francisco Tario



De Francisco Tario, algunos fragmentos de Breve diario de un amor perdido (1951) mis favoritos son los días 3 y 4:

Día 1

No te pido que vengas, aunque sé que vendrías. Te pido que seas; es el último consuelo.

Día 2

Y te veo a lo lejos –no quiero mirar– diciendo adiós con tu pañuelo a la bruma.

No conoces los muelles. Pues tras ellos hay siempre una sórdida bodega y bajo ellos el temblor de los que se quedan.

El barco se hace a la mar y quien despide resiste la lluvia. cuando ya el barco se ha perdido y las aguas se ensanchan, el llanto se vuelve inhumano. Por las calles el hombre examina sus pasos y aproximadamente a la misma hora otros cierran sus puertas.

No quiero ¡no quiero mirarte ante lo gris del cielo y del agua! Me espanta pensar en que lo gris te envuelva en cualquier momento –tú, tan azul, luminosa y marina.

Me espanta advertir que te quedas, mirando de lo lejos a mis espaldas.

Día 3

¿Qué me ofreces ahora? “Te ofrezco –clamas– la invisible huella de mi ausencia”.

¿Y el lejano y profundo hueco de tu boca? Me ofreces, sí, lo veo, el abrazo de unos brazos que no existen.

Y la selva del invierno en tus cabellos.

Y, por si acaso, me ofreces el martirio de tus rodillas abiertas a cualquier beso.

Y todo un suplicio me ofreces en tus adolescentes pechos recogidos.

Mas de tu próxima y enigmática vida, ¿qué me ofreces?

Día 4

Me quedo con lo que pudiera ser, con lo que habría sido. De la bestia son los ardores y del hombre la dolorida imagen.

Me quedo –ve– con las manos oprimidas, que estrangulan.

¡Te fuiste! –mírame bien– tan sola; y como tal me dejas. Y yo me voy de ti; y así te dejo. De tu rastro no queda nada, ni las huellas de la yegua, ni la huella de tu cuerpo. Tu única huella es mi cuerpo y de mí estoy vacío

¿Qué me ofreces? ¿Qué te dejo? Otra vez mírame, por si te resuelves.

Día 5

Esto lo supe anoche: no consientes, procuras. Es como si dijeras: “Aquí me tienes aún para que muestras todos los caminos”.

Como si confesaras: “Descubriste la ignominia y a esto me atengo. Mi juventud se incendió en tus manos y a ello me encuentro atenida”.

Como si te revelaras: “Y a pesar de cualquier abundancia guardaré para ti el porfiado recuerdo”.

O te rebelaras: “Contra un muro o un camino. Contra lo que tú juzgues que sea preciso”.

Es como si suspirases: “De mi fragilidad me envanezco, ello me da fuerzas”.

Como si gimieras: “Míos los yertos árboles, los pardos muñones de todas las selvas”.

Ya sé, no consientes; procuras. Y te revelas y te rebelas y suspiras y exiges y confiesas y adivinas. La humedecida rosa que eres, siempre hermana mía ha sido.





Fuente: Mileño diario

Franciso Peláez Vega (su nombre verdadero).




Si les interesó Francisco Tario, acá pueden leer más sobre él y algunos cuentos de él.