Sí señores, señoritas, mi osadía ha sido tanta que incluso he incurrido en la rima, múltiples veces, con resultados no tan buenos, sólo digamos que no todos los poemas rimados que he escrito son sujetos viables de publicación. Uno que otro soneto podría decirse que no me causan una pena absoluta, tal vez algún día se los enseñe a alguien. De lo que me siento medianamente orgulloso, hablando de rima, es de mis décimas; éstas, cuando menos no me avergüenzan.
La décima espinela toma su nombre del poeta y vihuelista español, Vicente Espinel, y se ha cultivado con especial esmero en el son jarocho; sé zapatear, pero estoy fuera de práctica y no viene al caso.
La décima, como su nombre indica, se compone de diez versos de ocho sílabas y con estructura de rima abbaaccddc. Esto es, que el primer verso rima con el cuarto y el quinto, el segundo con el tercero, el sexto con el séptimo y el décimo, y el octavo con el noveno.
Ahora, para mis dos lectores y mis dos lectoras, unas cuantas de mis décimas, creo que no tienen nombre, y tampoco hallo la fecha, en todo caso son anteriores al año 2000.
Me es difícil quererte
en esta cruel agonía
me consumo día a día
por el mal de no tenerte
de todos los días verte
y no poderte besar.
Cuando siento tu mirar
en mis ojos siento que
me muero y yo ya no sé
cómo dejarte de amar.
Puesto que no te he hecho daño
no pido que me perdones,
y también, si no te opones
te querré todo este año
no te vas y ya te extraño
se va a ir contigo mi vida
pues mi sangre confundida
con tu risa, con tu eco
dejará en mi vida un hueco
por tu eminente partida.
Quisiera saber yo cuándo
voy a dejar de adorarte
y tan sólo a recordarte
cual sueño sutil y blando;
a dejar de estar soñando
el delirio de tenerte,
de querer pertenecerte
y no sentirme rechazado,
como objeto abandonado
o como un niño a su suerte.
No sé por qué permitiste
que anidara la esperanza
si mi pasión no te alcanza
si mi amor se te resiste
sin quererlo me perdiste
en un mundo de locura
pues si el deseo perdura
en mis sueños delirantes
serán eternos instantes
los que dure mi tortura.
UPDATE:
A petición de don polo, incluyo bonito y creativo collage de don armandís de mina aprendiendo a bailar son jarocho.

Chin chin el que se ría